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Cómo evaluar tu salud hormonal

Las disfunciones hormonales y ginecológicas son uno de los aspectos de la salud que más incidencia está teniendo en la sociedad actual. Esto es debido a múltiples causas, como son los nuevos tóxicos a los que las mujeres están expuestas, la incapacidad de algunos órganos para eliminar el exceso de estrógenos, los factores de riesgo en la alimentación vinculados directamente con estas disfunciones, etc.

El mayor problema a la hora de prevenir la aparición de una patología es no poder identificar los síntomas previos a su instauración en el organismo. En el caso de los problemas hormonales y ginecológicos esta situación se agrava por la normalización de los síntomas relacionados con este sistema. Síntomas que por su normalización se invisibilizan en la mujer, lo que supone un problema para la detección de un mal funcionamiento y, finalmente, la prolongación y aceptación de un estado pre-patológico que conlleva riesgos y carencias en la salud general.

Uno de los trabajos más interesantes en consulta es identificar esos síntomas normalizados que en muchas ocasiones son tan comunes como la hinchazón y dolor abdominal con la llegada de la menstruación, o también, la hinchazón y dolor de mamas.

Síntomas para evaluar tu salud hormonal

Por tanto, es prioritario es que la persona tome conciencia de su corporalidad y cuestione la forma de funcionar de su organismo. Por ejemplo, algunos aspectos normalizados y que propongo revisar para identificar problemas hormonales o ginecológicos son:

  • Migrañas o cefaleas durante o antes de la menstruación.
  • Diarreas durante la menstruación.
  • Crecimiento de vello corporal.
  • Insomnio vinculado al ciclo menstrual.
  • Hipersensibilidad en las mamas.
  • Hinchazón de piernas o retención de líquidos.
  • Cambios de humor o volubilidad emocional.

Algunos de estos síntomas son leves y pasan desapercibidos, no obstante, cuando están relacionados con otras características individuales pueden determinar las claves del diagnóstico.

Quiero terminar este artículo con algunas recomendaciones generales, pero que son funcionales para comenzar un plan de mejora a través de la alimentación:

  • Consumir diariamente alimentos que frenan la aromatasa como son las setas, espárragos, remolacha, manzana.
  • Retirar alimentos que estimulan la aromatasa: alcohol, azúcar, soja, leche y derivados.
  • Controlar el peso. En muchos casos de amenorrea la falta de grasa corporal junto con la carencia de recursos energéticos es clave. En otros síndromes el sobrepeso es lo prioritario para desactivar el desequilibrio.
  • Mejorar la función hepática. Facilitando el trabajo metabólico, energético y la eliminación de estrógenos.
  • Mejorar tu flora intestinal. Evita la inflamación intestinal introduciendo alimentos frescos y probióticos.

Cuidar los niveles de cortisol en sangre. Reduce el uso de estimulantes. Gestiona el estrés diario y los tiempos de descanso.

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