Muchos de los pacientes que han acudido a mi consulta por problemas digestivos, inmunológicos o por inflamaciones generales, comenzaron el tratamiento con algunos cambios nutricionales que incluían la eliminación de los productos lácteos, entre otros. Esta línea de trabajo tiene como objetivo desinflamar el intestino, desensibilizar al sistema inmunológico, cambiar la microbiota, etc. Tras notar la mejoría la mayoría de estos pacientes no vuelve a tomar lácteos, pero en ocasiones me preguntan si pueden introducirlos en algún momento. Mi respuesta suele ser que dependiendo de la evolución del caso y de la sintomatología digestiva que aparezca se pueden introducir de forma esporádica. Para facilitarlo, resumo a continuación cuál sería la forma de introducir los lácteos tras el periodo de eliminación:
- Comienza introduciendo un ghee. Si no es casero, comprueba que está libre de aditivos. El ghee no contiene lactosa ni caseína.
- Tras unas 4 semanas, si la tolerancia al ghee es buena y no han aparecido malas digestiones o síntomas relacionados, prueba a introducir mantequilla ecológica. La mantequilla es grasa con suero lácteo fácil de digerir.
- Si todo va bien, 4 semanas más tarde prueba a introducir yogur fermentado en casa. Debe ser de leche de cabra. Si es un yogur comercializado, asegúrate de que el elaborador sea ecológico y, sobre todo, que la fermentación sea casera para que con un tiempo de fermentado de 24 horas desaparezca el máximo posible de lactosa. En el mercado encontrarás muchos elaboradores artesanales pequeños que trabajan de esta manera. Comienza tomando unas cucharadas al día y vas aumentando la cantidad.
Es importante tener en cuenta que no recomiendo la toma de lácteos diariamente, solo de forma esporádica y cuando se esté preparado para ello. El queso se podría introducir de forma ocasional pasado unos meses de la introducción de yogur y siempre observando el proceso de digestión y eliminación en heces posterior.
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