La mejor forma de entender las leyes que organizan mi propio cuerpo es prestar mucha atención a los ritmos y fenómenos que ocurren alrededor en nuestro entorno natural.
Éstos no dejan de ser una expresión macroscópica idéntica a los ritmos sutiles que estructuran mi ser. Siempre que podáis estar cerca de la naturaleza, estad atentos, observad muy bien e integrad y relacionad todas esas clases magistrales que nos regala. Es el camino más estable para poder aprender sobre lo que es la naturaleza, muchas veces inaudible o invisible.
Mucha gente se cuestiona sobre la existencia o no de los Chakras, hay defensores y detractores sobre este y otros muchos temas. Pero, ¿alguien duda de la existencia de un tornado, un remolino, un huracán…? no. Pues a la que seamos un poco curiosos y entendamos los mecanismos meteorológicos a los que tan acostumbrados estamos, nos daremos cuenta de que son exactamente lo mismo y que responden al mismo principio de formación.
Cuando en un medio fluido se forman diferencias de intensidad, se forman corrientes de flujo que producen un movimiento, una espiral que arrastra normalmente hacia el centro.
Si ese medio es un fluido lo llamamos remolino y lo vemos y lo sentimos (a veces es tan fácil como tirar de la cadena del inodoro para observarlo). Si es aire se llama tornado o huracán que también lo vemos y lo sentimos. Si el medio es un campo eléctrico se formará una diferencia de potencial que generará una corriente eléctrica que también la sentimos pero ya no la vemos. Finalmente, si el medio son mini campos electromagnéticos se llaman Chakras y tampoco los vemos pero sí los podemos sentir, aunque de una forma mucho más sutil. ¿Cómo se define un Chakra? como una “rueda de luz”. Ese es el significado en sánscrito. Como es lógico hace miles de años no iban a llamarlo corrientes de convección por cambios de intensidad, cosa que me alegra por otra parte.
Creo que nadie puede dudar de la existencia de la energía y que toda materia tiene más o menos energía. Bien, pero qué fue antes el huevo o la gallina, la energía o la materia. La energía forma la materia o la materia produce energía. Pues atendiendo a lo que nos dicen los físicos cuánticos y un poco a la lógica, resulta que todo cuerpo material por pequeño que sea posee energía, pero es posible encontrar entidades energéticas carentes por completo de masa, es decir de materia. Sin ir más lejos es una situación que ha traído de cabeza a los físicos en el comportamiento de la luz, ya que ésta se puede encontrar como fotón (material) u onda electromagnética (inmaterial).
Parece ser por tanto que primero está la energía y sólo en algunas ocasiones y cuando sea necesario condensarla y darle forma la transforma en materia, que será mantenida y organizada por esa energía que actuará como una malla, un molde invisible que la engendró.
Yo siempre digo que la materia es energía condensada y la energía es materia disipada. Lo curioso es que a veces la materia formada potencia la energía de todo el sistema. Por ejemplo, si la energía es capaz de formar un imán como materia, este posee unas propiedades que van a potenciar el sistema energético del conjunto.
Llegado a este punto, es interesante plantearse por qué se localizan los Chakras alineados en los puntos que nos hablan los Vedas y no en otros lugares. Algo tiene que haber en esos lugares que no haya en otros. Parece ser que ya tenemos pistas al respecto. Es ya conocida la relación entre los chakras y el sistema endocrino. No sólo por la ubicación coincidente, sino por el papel que tiene este sistema hormonal, que prácticamente junto al sistema nerviosos mantienen el control y son el eje de comunicación de cada una de las células de mi cuerpo y determinan el rumbo que tomará mi vida.
Así que por un lado tenemos la columna vertebral con una serie de plexos nerviosos (conjunción de un número grande de nervios), eje central de comunicación y centro de control, y a lo largo de esa línea media distintos órganos endocrinos que son coincidentes con esos plexos nerviosos. Y, por otro lado, tenemos los Chakras, entendidos como vórtices de energía que controlan y mantienen en su equilibrio nuestra salud. ¿No estaremos hablando de lo mismo? Pues yo creo que sí, una sería la expresión material y otra su expresión energética.
Pero vamos un poco más allá. Si hemos dicho que primero está la energía y luego la materia, ¿por qué la energía decide estar ahí y no en otros lugares del cuerpo? Dar respuesta a esto sería muy complicado o muy sencillo, quién sabe, pero ha habido unos descubrimientos en estos años que nos pueden dar pistas. La doctora Esther del Río en los años 70 por accidente descubrió que todo nuestro cuerpo está impregnado por óxidos ferrosos y óxidos férricos que intercambian constantemente sus electrones, produciendo pequeños campos electromagnéticos. Este dato despertó su curiosidad y realizó una serie de radiografías a una persona en las que se observaban no la densidad de los tejidos, sino la emisión electromagnética y su sorpresa fue que había ciertas zonas en las que esos compuestos oxidados y reducidos de hierro se concentraban apareciendo como manchas. Efectivamente, estos micro campos electromagnéticos de magnetita se localizan exactamente en los Chakras, que a su vez tiene su expresión más física en los plexos nerviosos de la columna y en las glándulas endocrinas.
Si nos fijamos en la Medicina Tradicional China, nos dicen que en todo cuerpo humano hay dos canales energéticos o meridianos, como cada uno prefiera, llamado Ren mai y Du mai que recorren mi línea media por mi parte ventral y dorsal respectivamente. Parece ser que cojamos las fuentes que cojamos de las distintas culturas con un bagaje en medicina ancestral intachable e indiscutible nos hablan de conceptos muy parecidos.
Como empecé utilizando a la madre naturaleza como ejemplo para entender, pues acabaré empleando algo que es equiparable a la biodiversidad de las selvas tropicales, que es el refranero español “Cuando el rio suena, agua lleva”.
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