La carne de cerdo y de vacuno alimentado con cereal tiene 1000 veces más cantidad de E.Coli que la carne de pasto.
¿Qué es la escherichia coli? También llamada E.Coli, es la bacteria aerobia comensal más numerosa del intestino grueso. Algunas cepas causan diarrea, y todas ellas provocan una infección si invaden lugares estériles como el tracto urinario provocando cistitis. La mayoría de las variedades de escherichia coli son inofensivas o causan diarrea breve en términos relativos.
Sin embargo, algunas cepas particularmente peligrosas, como la Escherichia coli O157:H7, pueden causar cólicos abdominales intensos, diarrea con sangre y vómitos.
Además, esta bacteria puede quedar instaurada de forma permanente generando inflamación crónica y sintomatología intestinal difusa durante años incluso fuera del intestino!.
Puede generar problemas de cistitis recurrentes, problemas en la tiroides e incluso a nivel cerebral.
Podemos encontrar E.Coli en muchos alimentos, pero con una carga bacteriana insuficiente, sin embargo, la carga existente en la carne de vacuno en establo es enorme, situación que puede tener afectación en intestinos menos preparados o en personas que comen carne de forma frecuente.
El ácido láctico es la clave
Una de las formas que tiene nuestro ambiente intestinal de neutralizar la presencia excesiva de E.Coli es a través del ácido láctico. Por eso, es muy importante que la cantidad de Lactobacillos en el intestino sea adecuada para que estos puedan producir suficiente ácido láctico.
Algunos consejos para mejorar tu microbiota intestinal:
- Reduce el consumo de carne de mamífero.
- Intenta consumir solo carne de pasto.
- Introduce alimentos fermentados ricos en ácido láctico, como el chucrut, kimchi, encurtidos, etc como acompañamiento a la carne (esto es algo histórico).
- Introduce buena cantidad de especias antimicrobianas como ajo, cúrcuma, pimienta, cilantro, etc.
- En el caso de las verduras, que también pueden tener presencia de E.Coli, lávalas con un chorro de vinagre o zumo de col fermentada.
- Realiza ejercicio físico para modular la respuesta del ácido láctico en el organismo.
Nuestro objetivo en el Máster de Salud Intestinal y Microbiota que comienza en noviembre, es que el estudiante-terapeuta de este curso obtenga todo el conocimiento práctico y científico en el diagnóstico y tratamiento de las patologías o disfunciones digestivas, integrando diferentes técnicas desde distintas perspectivas que se podrán aplicar según cada caso: nutricionales, ortomoleculares, microbióticas, conductuales y, sobre todo, contextuales según la situación del paciente.
Obteniendo un enfoque tanto microscópico como macroscópico del paciente y unas herramientas que van dirigidas a la patología digestiva, sin perder de vista que una disfunción digestiva tiene siempre una repercusión en los otros sistemas.
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