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La Doula en Tiempo de COVID

LA DOULA EN TIEMPOS DEL COVID
Por Paloma Ortiz de Zugasti

Te quedas embarazada, lo hayas buscado o no. Puede ser tu primer embarazo, el segundo o el embarazo que sea, de repente se abre un mar de inquietudes, de dudas, de incertidumbre, emoción, ilusión y sí, lo decimos claro, también se despiertan miedos.

Tienes información, conoces a mujeres que te cuentan su experiencia y empiezas a leer una ingesta de libros de cómo llevar el mejor embarazo y ser la madre perfecta.
Por norma general eso acaba creando unas expectativas, que están muy alejadas de la realidad. Y nos puede meter en un bucle de frustración, culpa, disgusto, etc.
Que la mujer viva acompañada su maternidad es un derecho y es algo que puede hacer que esa mujer sea consciente de cada momento que vive. El ir acompañada al parto es un derecho fundamental de las mujeres, el estar informada de manera objetiva y en positivo también. Sin embargo, vivimos en una sociedad en la que todavía queda mucho por caminar en todos estos procesos y entonces de nuevo resurge la figura de la doula.

La doula acompaña a la mujer y a la familia en el proceso de la maternidad. No allana el camino, solo da la mano por el camino que a esa mamá y a ese bebé les toca transitar. Con el Covid el mundo parece que se para y entran protocolos que desconocemos, protocolos que cambian cada día y que ni los mismos sanitarios te pueden decir nada sobre lo que habrá mañana porque no lo saben. Parece que ese mar de incertidumbre se hace más grande, se crea una inmensidad de preguntas sin respuestas: ¿qué pasará?, ¿cómo se hará? ¿estaré sola? Preguntas que no son nada fáciles de llevar.

El mundo se para, sí, pero nosotras seguimos pariendo en este caos. Ya de por sí enfrentarse a un parto para una mujer es una situación límite (al ser posiblemente uno de los momentos más potentes de su vida), vivirlo en tiempos de Covid es subir la apuesta. Bajo este panorama, para mí, ahora más que nunca, la figura de la doula cobra sentido. Un sentido en el preparto, para acompañar a esa mujer en su embarazo, para trabajar con ella sus fortalezas y cuáles son sus miedos, para potenciar sus aptitudes y herramientas que le puedan servir para enfrentarse a esta época de incertidumbre, para que sepa cuáles son sus derechos dentro de toda esta etapa vital. Es importante tener presente que, aunque haya incertidumbre, no debemos doblegar nuestra voluntad sin ser conscientes de lo que está pasando.

La doula cobra más sentido que nunca también para acompañar los postpartos. Esos postpartos que por protocolos se hacen más difíciles. Por ejemplo, puede que las mamás hayan sido separadas de sus criaturas y quizás las primeras noches las vivieron a solas sin saber qué estaba pasando afuera. Un momento en el que igual hubo una velocidad innecesaria por miedo a contagios o mamás a las que no les recomendaron dar lactancia materna porque eran positivas Covid y se quedaron sin poder decir nada. Es posible también que las parejas no hayan podido acompañar a la mamá ni presenciar el nacimiento del bebé.

Los protocolos pueden tener su razón o no, un sentido o no, pero lo que está claro es que esa vivencia del nacimiento de tu bebé cambia. Y hay cosas que colocar.
La doula puede acompañar a esa familia informando, ayudando a transitar, ayudando a poner voz a lo que se necesita expresar, a dar la mano, un abrazo o el espacio a ese silencio para que salgan las lágrimas, para que salga lo que haga falta. El proceso es como si en una habitación oscura la doula llevase una linterna y ayudase a enfocar lo que la mamá le pide para ponerle luz, para que esa familia lo coloque y pueda disfrutar así de su nueva etapa, para que puedan ser conscientes de esas luces y sombras del posparto.
Por eso, si te encuentras en esta situación te recomendamos:

  •  Busca una doula.
  •  Busca y pide información.
  •  No delegues tu voluntad, puedes y debes hacer preguntas para entender qué está pasando.
  •  Recuerda que al final cada bebé viene para enseñarnos cosas, que esta experiencia no se pierda en el camino de ayudarnos a crecer como familia.

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