Árbol de la Palma y visita al Jardín Botánico. Fin del Curso de Herbodietética fin de semana 2018-2019.

El último de los trabajos que se presentó, (a lo largo del curso los alumnos hacen una exposición sobre una planta medicinal que tenga un significado especial para ellos) nos resultó a todos muy especial e instructivo. Cristina, originaria de Guinea Ecuatorial, nos habló sobre el árbol de la Palma. Aquí, en occidente, relacionamos el aceite que se extrae de su fruto con factor de enfermedad. Cristina nos aclaró que el aceite que utiliza la industria alimentaria es una versión muy refinada, blanqueda y desodorizada que convierte los saludables ácidos grasos del aceite de palma en un producto peligroso para la salud. Allí, en la tierra que la vio nacer, del árbol de la Palma no solo se extrae ese aceite del fruto (que por cierto es de un color anaranjado intenso por su riqueza en betacarotenos y otros compuestos antioxidantes) sino que también se aprovechan las hojas para construir cabañas, el tronco para elaborar una rica bebida fermentada con la que se refrescan y ofrendan, las fibras para hacer estropajos etc.. Con su relato entendimos que este es un árbol fuerte y generoso, muy presente en la cotidianeidad de las comunidades con las que comparte hábitat.

Como broche final visitamos el Jardín Botánico de Madrid. ¡Qué fiesta de flores y verde! Y qué satisfechas y contentas las alumnas cuando se encontraban en vivo y en directo con muchas de las plantas que habían estudiado a lo largo del curso… Como si se reencontrasen con viejas amigas..

Cuando nos despedíamos, todas señalaron que su relación con las plantas había sido transformada en lo profundo. Que ya no las veían igual, que su amor y respeto por ellas formaba parte importante de sus vidas y su corazón. Escuchando esto yo solo asentía y agradecía, de eso se trataba, el trabajo se había hecho.