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Crema de rábanos, que sea tu creación

Hoy os quiero animar a que preparéis una crema de rábanos o que incorporéis este maravilloso tubérculo a vuestras recetas. Con intención de regular la función del metal en otoño y facilitar la función hepática, propongo el uso del rábano.

En estas fechas otoñales algunas son las características que rigen los ritmos de la Naturaleza y, de forma inevitable, también a los ritmos de nuestras vidas. Un ciclo donde la explosión iniciada en primavera alcanza su grado máximo en verano y que ahora durante el otoño comienza el punto de inflexión. La quietud gobernará los próximos meses, un buen momento para la introspección y el recogimiento. Habrá cierto regusto de tristeza o melancolía en nuestro sentir y, como no, algunas patologías son más frecuentes que otras.

Crema de rabanitosEl otoño es el momento donde el aparato respiratorio coge protagonismo haciéndose más abundantes las constipaciones, catarros, gripes o picos de asma. A la vez, son fechas de reuniones familiares o laborales, de amistad o de compromiso, donde aún sin querer habrá ingresos opíparos de alimentos que de forma social e irracional cargarán de trabajo nuestro hígado y nuestra vesícula.

Si lo vemos desde la perspectiva de la Medicina China, estamos en un momento del año donde se empodera el Reino Metal, manifestado en el órgano pulmón y en su víscera intestino grueso, con su color blanco, su sabor picante y su sentir melancólico. Dice el Sowen, en su capítulo V, primera parte del Nei jing, la más antigua obra de medicina del mundo:

En el Cielo es la sequedad,

en la Tierra es el metal,

en el cuerpo humano es la piel y el pelo,

en los órganos es el pulmón,

en el color es el blanco,

en el sonido es la segunda nota,

en los sonidos emitidos son el lamento

en los cambios y transformaciones son la tos, la expectoración y el escupir,

en los agujeros es la nariz,

el sabor es el picante,

en los cambios de sentimientos e intenciones es la tristeza, (….)

Con estas premisas, uno puede entender que hay ciertos alimentos que llevan un claro y marcado carácter desde este punto de vista. Con intención de regular la función del metal en estas fechas y facilitar la función hepática, propongo el uso del rábano. Con su color blanco y sabor picante potenciará  y regulará  los pulmones y las energías que los mantienen y entretienen. Este sabor ligeramente picante es debido a los compuestos de azufre (glucosinolatos). Estos compuestos son responsables del efecto antioxidante de los rábanos, del efecto diurético, digestivo, del aumento de la secreción de bilis en el hígado, y de facilitar el vaciamiento de la vesícula biliar. Un dato muy a tener en cuenta es que  100 g de la parte comestible del rábano contiene 20 mg de vitamina C. Esta vitamina le confiere al rábano propiedades antioxidantes que ayudan a proteger la piel y la mucosa digestiva, ya que interviene en la formación de colágeno.

Os invito a que en estas navidades introduzcáis este alimento en vuestro menú. Por ejemplo, se me ocurre una crema de rábano ligeramente picante, donde el protagonista sea el rábano como acompañante de algún plato en esa opípara comida o cena. Podría poner ingredientes u ofrecer recetas, pero siempre serán  de otro. Te propongo que con los datos y las pistas dadas en cuanto a colores y sabores,  diseñes y encuentres tu propia crema. Inventa y juega, disfruta y haz disfrutar para transformar la melancolía debilitadora en alegre recuerdo.

 

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